Alex Anwandter, el mundo arde y yo bailo - Entrevista

Alex Anwandter, el mundo arde y yo bailo - Entrevista

“El mundo se va a la mierda y no he hecho nada” canta Alex Anwandter en "Locura", sencillo de ‘Latinoamericana’, su tercera producción discográfica, editada en el 2018; la situación global sigue estando cerca del apocalipsis, tal y como la describe en aquella canción. Sin embargo, en el último lustro, la trayectoria del músico chileno se ha transformado de manera radical. 

Ni la crisis sanitaria, ni las tensiones internacionales han sido capaces de frenar la abundancia artística de Alex Anwandter, quien después de un LP publicado el año pasado, su trabajo como productor de Julieta Venegas y Juliana Gattas, y un Latin Grammy, regresa a la escena con un nuevo compilado de estudio.

Dime Precioso’ es el nombre de esta obra compuesta de 9 cortes inéditos, a través de los cuales el cantautor conserva sus reflexiones sobre el presente desesperanzador. Con un toque sarcástico, indaga sobre la validación externa, el homoerotismo, las relaciones y lleva a un siguiente nivel su vibra festiva de pop electrónico. 

“¿A dónde vas? En esta economía, ¿a dónde vas?... No entiendo esta vida, ¿a dónde va?”, recita Anwandter en los versos de “París, Tal Vez?”, segundo track de su nuevo álbum, en el que hace eco de su carácter nihilista, mismo que contrasta en medio de una travesía house noventera; un ejercicio musical que logra traducir la ambivalencia del material que se perfila como uno de los más destacados de este 2024. 

¿Qué motiva al santiaguino a seguir creando en un mundo que agoniza cada vez más con el paso de los años? ¿Cómo han impactado sus logros recientes en su proceso creativo? A eso y más dio respuesta el compositor en entrevista para Naufraghost, previo a su show en el Lunario del Auditorio Nacional el próximo 25 de agosto, donde presentará por primera vez en vivo ‘Dime Precioso’.

Me da la impresión de que tu música es cada vez más dance. El pop electrónico siempre ha sido constante en tu proyecto, pero me parece que ahora tu propuesta es más bailable y orientada a la pista de baile, ¿a qué se debe?

Sí, puede ser, la verdad es que dejo eso muy a una cosa medio intuitiva. No decido realmente qué tipo de disco voy a hacer. Más bien, una vez que tengo un montón de canciones, veo qué tipo de disco tengo en mis manos. Todo el tiempo pienso que en cualquier minuto voy a estar en mi onda de “señor más grande sinfónico” y no me llega nunca (risas), sigo haciendo música muy energética que todo el tiempo pienso que ya no voy a hacer y la sigo haciendo.

En esta nueva era de ‘Dime Precioso’ te has declarado como alguien más despreocupado. Me llama la atención que te percibas así, pensaría que los años de experiencia en la industria, tu profundización como productor, el Grammy, te convertiría en una persona mucho más severa, exigente o más seria.

¿Cuál es tu secreto para tomarte todo con mucha más calma en esta nueva etapa de tu carrera?

Creo que el gran beneficio de la experiencia es saber cómo suceden las cosas, qué cosas sirven y qué cosas no. Afortunadamente, no soy de las personas que piensa que estresarse se traduzca en un mejor trabajo, al contrario, no influye, entonces mejor no hacerlo. De hecho, gran parte del proceso de ‘Dime Precioso’ tuvo que ver con ese aprendizaje de producir a otros artistas y darme cuenta de que trato a otros artistas con mucha más delicadeza, buena onda y relajo, en comparación a cómo yo me trataba a mí mismo como artista. Entonces, me miré al espejo y dije: “Alex, pasémosla bien nosotros también”.

Uno de los temas que atraviesan a ‘Dime Precioso’ es la validación del otro. En este caso, el hecho de recibir halagos del exterior a través de las redes sociales. Como artista y a nivel personal, ¿qué tanto te pesa la validación?

Creo que los artistas, inevitablemente, una parte de nosotros, queremos que nos aplaudan y queremos estar un poquito encima de la gente y recibir ovaciones. Siento que como persona y como ser humano hay que aprender a dimensionar la importancia de eso y lo que significa realmente en la vida.

Supongo que hay distintos enfoques, pero a la larga me importa mucho más estar tranquilo conmigo mismo y sentirme que estoy satisfecho con lo que tengo. Eso me importa más que saber que estoy consiguiendo lo que me propuse conseguir. Es una diferencia que quizás no suena tan importante, pero para mi sí lo es porque fundamentalmente tiene que ver con no insistir en una idea. 

Sé que esta es la idea heredada de nuestra sociedad capitalista, de la necesidad de seguir creciendo todo el rato, que si uno no deja de crecer como que no lo está haciendo bien, y yo no lo creo así, la verdad. Como esa insistencia de buscar cada vez un público más grande, más ventas…. No. Me gustaría quedar más contento con mi trabajo, pero eso no tiene que ver con resultados, más bien para mí tiene que ver con el proceso. 

Es importante pensarlo así, para no generar falsas expectativas y ser mejor para uno mismo, no estar frustrados por lo que no podemos conseguir y valorar más nuestro trabajo. 

Sí, pero todo nos empuja a lo contrario, a sentirnos insatisfechos con nuestro sueldo, con nuestra imagen, con nuestra edad, con nuestro peso. Todo en relación con vidas que observamos en cinco segundos en Instagram, que no tienen ninguna relación con nosotros, que no sabemos cómo se sienten esas personas en verdad. Hay que hacer un esfuerzo consciente como para separar tu sentido y tu valor de todo ese mundo; no es fácil. Por eso hice un disco para reírme de todo eso, porque no es fácil. 

Alex Anwandter y el secreto de la vida para crear en un mundo que agoniza

Ahora que has conseguido algunos de los logros más deseados, por así decirlo, en la trayectoria de un artista modelo. Ya sabes, eso que todo artista podría soñar conseguir, como producir para artistas que admiras, ganar el Grammy y más, ¿qué más anhelas conseguir? Obviamente pensando que todos somos soñadores, sin tomar en cuenta del todo lo que acabamos de platicar (risas)

No me voy a contradecir (risas) y decir una lista de cosas que quiero, porque realmente no estoy pensando en esos términos. Quiero sentirme contento, quiero tener suficiente dinero para poder estar cómodo, pero tampoco quiero ser millonario, no quiero ser ultra famoso. Quiero sentirme bien. 

“París, Tal Vez?” es una canción que entra perfectamente en el modelo de composiciones para llorar en la pista de baile. Suena muy positiva, con mucha luz y energía, pero es oscura a nivel discursivo, ¿cómo surgió la idea de componer esta canción pensando en juntar dos fuerzas contrarias?

Creo que surgió de mi personalidad. Tengo mucha energía, pero también, aunque suene mamón, tengo un exceso de empatía, me gustaría ser menos sensible. A mí esa canción se me hace casi graciosa. Se me hace graciosa porque habla del anhelo del lujo en medio de un mundo que está completamente incendiándose y tampoco yo me escapo de eso, o sea, me encantaría estar en París o en el sur de Francia (risas)- Pero también es como “¿de qué estoy hablando?”, se me hacía muy gracioso tener una canción que dijera “en esta economía”, como una cosa muy dramática, porque lo es, pero también no lo es. Para mí, es un disco bastante contradictorio en sus sentimientos. Quizás, más que contradictorio, es ambivalente, de aceptar participar en estos sistemas y deseos absurdos y no juzgarme también por eso. 

A pesar de que el mundo está ardiendo, de que la economía mundial tambalea, ¿qué es lo que te mantiene de pie y motiva? ¿Qué te hace decir “a pesar de que el mundo se va a la mierda, tengo que seguir”?

Tengo un perrito que es un ángel. Yo creo que, literal, vivo por él. Ahora te lo mostraría, pero está durmiendo, porque duerme 19 horas al día. No tengo muchos secretos de la vida, pero los perritos son uno de los secretos de la vida, siento, no es broma, siento que son lo máximo. 

También motivan las amistades, los afectos, las conexiones genuinas. No sé si mucho más que eso. Estoy intentando ser menos consumista, materialista, es difícil, pero creo que se puede. 

¿Y dónde quedaría la música? 

Para mí la música es algo medio artesanal, no es un trabajo tan intelectual como, por ejemplo, he trabajado en cine, me gusta mucho el cine, y eso lo encuentro como un trabajo más intelectual, sobre todo el escribir guiones. No le doy un puesto, no le asigno una jerarquía dentro de las cosas que más importan. 

La música para mí es como una pieza donde voy todos los días a tallar unas cosas y después la gente me dice: “esto significa un montón para mí”; ahí me doy cuenta de que la música sí tiene cierto peso, pero es todo más intuitivo. Para mí, hacer música es como, alguna vez, pensé en esta imagen de estirar la mano en el vacío sin saber si alguien te la va a tomar, aunque si, en general, alguien te toma de la mano, esas personas son el público, la audiencia, y es lindo encontrarse en ese éter. 

Al hablar sobre ‘Dime Precioso’ has dicho que, tanto este álbum como en ‘El Diablo en el cuerpo’, durante el proceso creativo, pensaste en su proyección en vivo, en cómo los presentarías sobre el escenario. ¿Qué vamos a poder ver en los próximos shows?

Estoy emocionado con el show del Lunario en la Ciudad de México, porque es el estreno absoluto del disco, no lo tocaremos antes de eso, así que no solo es un escenario importante para mí, porque el Lunario es una graduación de los escenarios en México, sino que también es el estreno mundial. Será un show que estamos preparando especialmente para la Ciudad de México y va a estar súper bueno. 

Vas a decir que estoy loco en pensar en el futuro y en no pensar en que te deberías dar un respiro y un descanso, después de todo lo que hemos escuchado de tu proyecto durante los últimos años, pero ¿qué sucederá después de ‘Dime Precioso’?

Siempre estoy trabajando en cosas, aunque sí, unas vacaciones me vendrían muy bien también. Estoy trabajando en un par de guiones, tengo muchas ganas de volver a trabajar en cine y estoy haciendo un disco nuevo. Tengo como 20 canciones, son un montón.