
¿Qué sucede cuando, por accidente, tiras una taza y esta se rompe en pedazos? Lo más probable es que te deshagas de ella y decidas tomar otra o comprar una nueva, pero ¿qué pasaría si fuera tu corazón el que se rompe en pedazos? La respuesta no sería tan sencilla y, aunque así lo desees, no puedes simplemente desechar ese órgano vital ni tampoco el dolor que eres capaz de sentir. Entonces, ¿qué hacer cuando te rompes?
Para la filosofía del Wabi Sabi, la clave está en aceptar las heridas y convertirlas en algo hermoso.Esta estética de origen japonés está asociado con el arte de kintsugi, el cual establece que si una taza se rompe, tomarás cada parte y las unirás con oro, para así resaltar la belleza que existe en esas heridas. Pero, ¿qué tiene que ver esto con el más reciente trabajo del músico Ali Salah Rasé? Todo, absolutamente todo.
Fernando Rasé, el nombre detrás del cantante, tomó esta filosofía japonesa para aplicarla en su más reciente proyecto de larga duración, Wabi Sabi, Mon Amour, título que hace referencia a la película de 1959, Hiroshima, Mon Amour. Si el filme francés de Alan Resnais habla acerca del amor después de la bomba atómica, el álbum de Rasé se refiere al amor después de la pandemia.
Con esta base conceptual, Ali Salah Rasé creó una historia compuesta por 13 canciones y dividida en tres actos: "Nos conocimos", "Nos enamoramos", "Nos destruimos". El objetivo está claro: explorar el inevitable ciclo del amor y entender que puedes sanar después de romperte.
En entrevista para Naufraghost, platicamos con Ali Salah Rasé acerca de este proyecto, el primer adelanto en forma de sencillo: "El día de mi muerte (Acto III: Nos destruimos)", su trabajo como guionista de una serie web, el género "neopop Moreno" con el cual él se autodefine, y más.
En tu nuevo proyecto, Wabi Sabi, Mon amour, hablarás acerca del arte de la imperfección y lo conectarás con la pandemia mundial...
Exacto, me gusta tener constantemente el tema de religarte de lo divino. La idea era que las canciones fueran una especie de rezos contemporáneos en los que constantemente puedas religarte a un concepto religioso. De hecho, Ali Salah Rasé tiene un sentido profético. De alguna manera, entender los imperfectos y entender que somos imperfectos porque hay cosas que nos rebasan, como la pandemia, es también una forma de entregarnos a esa divinidad que es más grande que nosotros en muchas ocasiones. Yo no soy un tipo religioso o doctrinal, pero hacia ese camino va el proyecto. En corto, es un disco que habla acerca de la imperfección y de aquello que no podemos controlar, en este caso el amor
El título es una referencia directa a la película Hiroshima, Mon Amour,la cual habla acerca del amor después de la bomba atómica. En el caso de tu obra, hablas del amor después de la pandemia. ¿Por qué tomaste como referencia este filme?
Yo estudié literatura y encontré un poeta alemán de nombre Paul Celan. Él decía que escribir poesía después de la Segunda Guerra Mundial parecía un acto imposible por la masacre, por la tragedia que fue, era prácticamente impronunciable la forma de escribir poesía, ¿cómo escribir poesía después de actos tan terroríficos y de tanta muerte? ¿Cómo puedes escribir algo tan bello e inocente como es el amor? Ahí se relaciona con el concepto de Wabi Sabi, el cual habla acerca de armar las cosas rotas.
Por ejemplo, una taza que se cae y se rompe, en la filosofía del Wabi Sabi se vuelve a armar y los fragmentos se pegan con oro; esto debido a que los japoneses entienden que la destrucción es parte de la vida. Entonces, una taza de porcelana que estaba completa, se destruye, la rearmas y a parte reafirmas que tiene fracturas de oro, es aceptar que la destrucción es parte de la vida. Esa es la relación de Hiroshima, Mon amour, entender que el amor es una historia imperfecta y que después de la tragedia puede llegar algo hermoso.
Tu álbum se divide en tres partes: “Nos conocimos”, “Nos enamoramos”, “Nos destruimos”. ¿Eso significa que hablarás del amor desde un aspecto micro, como en una relación de pareja?
Sí, en el disco está abordado desde un aspecto micro. La idea es aterrizar estos conceptos porque en discos pasados tuve el problema de no saber cómo aterrizar un concepto y todo era un caos. En el caso de esta nueva producción discográfica, busqué tomar un concepto general y acotarlo a algo micro, a una historia de una pareja que se conoce, se enamora y se destruye.
Mencionaste que otra de tus inspiraciones fue la película Blue Valentine, lo cual me hace pensar que hablarás de una dicotomía porque no todo es felicidad (Valentine) ni todo tristeza (Blue), sino que se complementan y pueden convivir ambas partes...
Sí, esa es la idea, cada acto representará esas etapas por las que suele pasar una relación. “Nos Conocimos” es la ingenuidad”, “Nos enamoramos”, es este éxtasis que representa el amor. Y la tercera parte es el declive y la aceptación del final de este viaje.
En “El día de mi muerto (Acto III: Nos destruimos” cambia tu estilo musical debido a que utilizas menos frases para dar lugar a puentes musicales más largos...
Esa es la principal diferencia de este álbum con otros proyectos míos. Vengo de escribir libros, de contar historias y de escribir poesía con música, por lo cual llenaba y aturdía las pistas con letras y palabras todo el tiempo. Para este disco quería mudarme al concepto de hacer canciones, por lo que es importante quitar palabras y dejar que la música tenga una conversación con el oyente. En este disco encontrarás muchas veces esos espacios en los que la música o los trances cuenten sentimientos por sí solos. En literatura, a esto se le llaman espacios de indeterminación, en los cuales el espectador puede colocar su interpretación.
De hecho, con esta pregunta me haces pensar en voz alta que podría estar hilado directamente a la idea de la fractura y que cada espacio de música en las canciones se llena con ese oro de indeterminación del espectador.
Me parece una hermosa analogía porque, al final, esos espacios son igual de importantes que las partes donde hay mucho ruido o palabras. ¿Por qué decidiste transitar del rap a un estilo sonoro con menos palabras?
Es algo arriesgado para algunas personas porque la fanbase que sigue el proyecto desde hace mucho está acostumbrado a escuchar poesía, pero a mí me gusta la idea de reinventarme. El año pasado fundé una productora de cine y series con un amigo e hicimos nuestro primer proyecto, la serie web Kamikaze. A partir de entonces dije, ‘bueno, si pude transitar de escribir poesía en texto a hacer poesía con bases de música en Youtube a poder hacer una serie, ¿por qué no puedo ahora hacer un álbum con otro estilo lírico y musical?’ También estaba buscando crear algo con lo que un mayor número de personas pudiera empatizar.
Acerca de la productora y los proyectos en los que has sido guionista, muestran tu crecimiento no sólo como músico, sino también como contador de historias. ¿Cómo ha influenciado esa parte en tus canciones?
Yo creo que en la forma de estructurar los proyectos, de contar historias a nivel conceptual. Por ejemplo, me han pedido que saque sencillos, pero primero debo pensar conceptualmente qué quiero decir. Me gusta que haya una historia detrás porque para mí la música que más puedo consumir es aquella que me sumerge en universos.Me gustaría que las personas puedan escuchar mi música e introducirse a mis proyectos, así como descubrir todo el universo que está hilado.
En cuanto a la animación, ¿la seguirás usando en los demás videos?
Estamos trabajando con un ilustrador coreano para que pueda generar un NST, el cual es arte digital. También seguiremos jugando con la parte de la animación y ampliando las posibilidades de un mundo virtual combinado con la realidad, pero en el siguiente video no utilizaremos esta técnica.
Neopop moreno, ¿cómo surgió este género en el cual te autodefines?
Yo he sido fan de personas como Kanye West, Tyler The Creator y Childis Gambino, porque generan álbumes conceptuales pero también porque me parece que su trabajo es una forma de empoderamiento, y soy una persona crítica contra el clasismo en México, así como esta idea de la pigmentocracia; es decir, segmentar por niveles a la población por su color de piel. Yo soy una persona morena y racialmente me gustaría ofrecer o ampliar el espectro de la representación de las personas morenas en México. Busco romper las clasificaciones que existen contra las personas morenas, porque hacen falta muchas formas de representar a un sector racial. Pa corto, el chiste es empoderar a la raza.
¿Cuál es el futuro de tu proyecto?
Por el momento, sacar Wabi Sabi, Mon Amour y dos sencillos más: “Cupido” que sale el 29 de abril y “Necesidades Atrevidas” que sale el 14 de mayo. Estos son los últimos dos tracks antes de sacar el álbum completo que consta de 14 canciones. Me gustaría que mi siguiente álbum fuera serie y música a la vez para así llevarlo a las plataformas fuertes y que sea una trilogía que abra con el tema del amor, después política y al final identidad.