La Idea Salvaje: Carlos Sadness y su amor astronauta

La Idea Salvaje: Carlos Sadness y su amor astronauta

No, no he visto en el espacio. No he visto en el espacio algo que me guste tanto, que me guste como tú

Extracto de “El día que volviste a la tierra”, Carlos Sadness

Seis años atrás comenzó una historia de amor muy particular, de aquellas donde “no hace falta hablar, solo mirarnos” y la conexión con alguien es tan inverosímil que te hace exclamar: ¡Qué electricidad! Se trata de La Idea Salvaje, segundo álbum de estudio del cantautor barcelonés Carlos Sadness, compuesto por 13 canciones donde se encuentra la narrativa de una persona que está enamorada de una astronauta.

Sentir el amor de forma que te lleve a la luna

El artista cuyo nombre hace referencia al álbum Mellon Collie and the infinite sadness (The Smashing Pupkins, 1995), hace uso de sus habilidades poéticas para sumergir al oyente en un universo de ficción que nada le pide a una novela. No por algo el propio Sadness se define “más contador de historias que músico”, además de que su obra se ha expandido al formato escrito con su libro Anatomías Íntimas (2016), donde se compilan relatos y poemas ilustrados por él mismo. Sí, porque el cantante español no sólo es poeta, sino que también estudió dirección de arte y se enfocó en la parte gráfica de los diseños de publicidad.

Al igual que en la portada de su álbum anterior, Ciencias celestes (2012), Carlos Sadness diseñó la portada de La Idea Salvaje. El origen se remonta a una visita de Sadness a casa de su tía, quien le comentó que varias aves habían estado en su jardín y de ellas se desprendieron plumas de distintos colores. Su tía las acomodó en forma de círculo y el cantante, al verlo, supo que sería la portada del disco.

Pero… ¿por qué ese nombre? Aunque parezca alejarse del concepto del espacio exterior, de hecho no es así. En palabras del cantante: “La idea es algo tan metafísico, mientras que lo salvaje es algo más de la naturaleza, es instintivo. Al juntarlas me sonó que era la personalidad del disco”. No hay que olvidar que antes que una historia sobre una astronauta y un terrícola, se trata de una de amor, el cual encaja tanto en la rama de la metafísica como de la naturaleza.

Entonces: ¿Cuál es la inspiración para la historia? ¿Se basó en la realidad o sólo es ficción? De acuerdo con el cantante en una entrevista: “Todo está basado en cosas que vives, y muchas canciones nacen de una frase que dices en una conversación, y construyes una canción porque es una frase resolutiva de una situación tuya, pero evidentemente nadie se ha ido al espacio”. No, Carlos Sadness no estuvo enamorado de una astronauta, pero sí sintió el amor de una forma tan inmensa que lo llevó a la luna.

Por ello la universalidad del álbum, ya que habla de un sentimiento que todos o la gran mayoría han experimentado. De ahí que temas como “Que electricidad“, “Perseide” o “El día que volviste a la Tierra“, puedan ser apropiados por quienes se sientan “en la luna” al ver a una persona especial y por aquellos que se sienten conectados pese a la distancia.

Del rap a la magia

El álbum no sólo destaca por su concepto, sino que en el aspecto musical Carlos Sadness demostró un enorme crecimiento. Muy atrás quedó Shinoflow, el nombre anterior del cantante español, con el cual se le podía identificar principalmente en los géneros rap/hip hop.

A pesar de que triunfó en esa etapa de su carrera, teniendo colaboraciones con artistas como Porta y llegando a ser nombrado por el diario El País como “uno de los rostros del 2009”, Sadness conservó varios elementos del rap en su estilo, pero comenzó a optar por frases más largas y melodiosas: “A veces una frase con melodía te da cosas que no te pueden dar cinco frases seguidas o un tema rapeado. La melodía aporta algo sentimental que a veces no tienen las propias palabras ni el propio significado”. La combinación de ambos estilos es algo que se puede apreciar en La Idea Salvaje.