El segundo sencillo de la cantautora argentina ahonda sobre una verdad irrefutable: el puente entre la existencia y la extinción sigue siendo el encuentro entre dos extraños. Este encuentro sigue siendo definitivo para que la vida continúe su ciclo.
La batalla de la vida se concentra en un minúsculo encuentro de voluntades, que son precisamente las que se dibujan en esta pieza. La naturaleza del amor es verdadero y simple, como las abejas buscan la miel como sustento, así el amor vuelve a la miel. El amor es creativo, la expresión de una intimidad que centellea entre la melodía de Chiara.
Aproximarse ante él, ponerse en el camino de la vida, despreocuparse de la suerte, ocuparse de construir un camino propio que eventualmente se encuentra con el otro, porque así sucede cuando al destino se pruebe certero. La belleza no puede ocultarse y la plenitud tampoco.
La canción de Chiara es como un toque de luz al final del día y la dulzura de su melodía profundiza en instantes que permanecen para siempre puesto que sabe capturar la sabiduría y el lado femenino de la realidad que explota en esta pieza de dorada cadencia, que se dedica a la consagración del momento en que la duda pasa. En esta canción, Chiara logra pintar una imagen donde se reconcilian dos mitades vagantes por el mundo que completan una luminosa naranja de veinticuatro gajos, "Abejas a la Miel" refleja un ciclo de vida, de éxtasis frente al encuentro del otro, de saber que al fin encontraste al colmenero, de tu colmena, colmenero del alma. yo colmenera', escribió Machado, y es esa plenitud ta que dirige el tono de "Abejas a la Miel", la entrega de una sólida pieza de tracción emocional.
Con información de comunicado de prensa de Universal Music Group.