Entrevista: Ramón Amezcua (Bostich) y Felipe Pérez Santiago

Entrevista: Ramón Amezcua (Bostich) y Felipe Pérez Santiago

En esta ocasión Naufraghost se aventuró a hablar con Ramón Amezcua, integrante del importante dúo Nortec: Bostich + Fussible, también identificado como Bostich y el compositor mexicano Felipe Santiago, reconocido en diversos ámbitos, uno de ellos el trabajo con Carlos Cuarón tras la música de la película “Rudo y Cursi”.

A estos talentos se les unió el vocalista de la agrupación Café Tacvba, Rubén Albarrán quien prestó su voz para “Mundo en Extinción”; sencillo que forma parte de ‘MXTX: A Cross-Border Exchange’, un álbum con fecha de estreno el 1 de abril y compuesto por diversas canciones que tienen como cometido hermanar a los oyentes así como a sus creadores.

Esta canción se caracteriza por componerse de música experimental y una mezcla de sonidos mainstream, electrónica, música de cámara y la particular voz de Albarrán. Juntos son una oportunidad a la apertura de conocer y acercarse a diferentes sonidos a los que estamos acostumbrados.  

¿Qué es la música experimental?

Ramón: Felipe, tú (risas) te eché la bolita.

Felipe: ¿Desde dónde tomamos la música experimental? Al menos en mi campo que es la música clásica contemporánea, hasta la música orquestal, la música de cámara, etc., pues realmente empieza a partir de Arnold Schoenberg; en el momento en el que se rompe la armonía tradicional como la conocemos, empieza el serialismo y el dodecafonismo como una corriente, entonces de ahí empieza la tercer escuela vienesa. Inicia con Schoenberg, Berg, Webern y se desarrolla. De eso te estoy hablando de principios del siglo XX, sobra decir que luego llegan personajes como John Cage donde dice que la música ya no necesariamente tiene que ser armonía, melodía y ritmo, ya puede ser sonido, una simple expresión escénica o una simple expresión sonora o llega Pierre Schaeffer y dice: ¡Ah! pues ahora la música concreta, y entonces ahora hacemos música puramente con los sonidos de la calle. Actualmente la experimentación no para nunca porque es natural del ser humano y natural de los artistas. 

Obviamente los músicos no somos la excepción, siempre estamos buscando ir un paso más adelante. Siempre habrá la gente que le guste hacer música ‘mainstream’ y que le guste escucharla, todo maravilloso yo no tengo nada en contra de eso, pero digamos, a los que nos interesa escuchar otro tipo de música como lo es la experimental siempre estamos a la cacería de sonidos nuevos, tanto para enaltecernos, nutrirnos y para aprender de ellos como para nosotros también aportar nuestro granito de arena a artistas como Ramón y como un servidor a esa música, ya no sé si llamarla experimental, pero ciertamente con una búsqueda de siempre ir un paso más adelante de lo que hicieron tus colegas anteriormente.

Ramón: La música experimental tiene que ver mucho con lo que estamos familiarizados a escuchar o lo que está dentro de nuestros oídos o percibimos como armonía, pero en sí tiene que ver mucho con la evolución de la música. También en la música electrónica, cuando empezó todo esto, por ejemplo, te puedo decir de Luigi Russolo, que fue el que incorporó el ruido a la música, ella estaba llena de armonía y estaba saturadisima, pero llega él e incorpora el ruido a la música, inclusive hasta la composición orquestal que era algo inconcebible. 

Hoy en día el ruido ya es parte también. ¿Quién no escucha un ruido en la música electrónica antes de entrar al clímax de una canción?. Antes el ruido era algo extraño y la evolución ha tenido que ver con eso. Obviamente hubo un tiempo o unos años en donde la música electrónica experimental dejó de ser académica a finales de los años 50 o principios de los 60, cuando ya se hizo la música electrónica mainstream y la gente empezó a familiarizarse con los sonidos electrónicos; obviamente entró al pop, al rock, pop progresivo y tantas cosas en la música. Hoy en día sigue evolucionando porque va de la mano con los avances de la tecnología, que traen nuevas ideas, al principio la gente lo va a tomar como algo extraño, van a pasar años y después lo van a tomar como algo muy natural. De hecho, actualmente la música electrónica de los años 50 se empieza asimilar  y lo toman como no tan raro o tan oscuro, sino ya lo van tomando con sonidos más familiares, entonces la música experimental básicamente es la experimentación que en un futuro se va a implementar en próximas generaciones, el mainstream lo toma y la gente ya lo va a asimilar y lo verá como algo más común.

Este sencillo, “Mundo En Extinción”, lo trabajaron desde 2016 y hasta 2022 sale al público, ¿Cómo fue el proceso de su creación?

Felipe: Esto surge efectivamente a partir de 2016 y 2017, como una iniciativa del compositor norteamericano Graham Reynolds, el cual es el director y fundador del Golden Horner Composers Lab en Austin, que es una fundación que se dedica a promocionar la música contemporánea, pero a grandes niveles, justamente para acercar al público más amplío a este tipo de música. Yo con Graham llevo cerca de 7 u 8 años trabajando juntos y una vez estaba en Austin porque fui a dar unos conciertos con él y fue la primera vez que me comentó de esto, me dijo: “Oye, hagamos un concierto que tenga que ver con México y Texas”, por eso el nombre de ‘MXTX: A Cross Border Exchange’ y la idea era crear una biblioteca virtual de sonidos, en la cual se le convocó a más de 40 o 50 artistas de ambos lados de la frontera; a que subieran sampleos, sonidos, gestos, pulsos, etc., a esta biblioteca. Posteriormente se nos comisionó a 12 compositores a que escribiéramos una obra basada en esos sonidos para que realmente fuera colaborativa y después de eso todavía se le fue un paso más adelante, que entre Graham y yo hicimos las orquestaciones de estas obras para ensambles de cámara, sinfónicas pequeñas para que realmente tuviera todos los mundos, tuviera rock, pop, electrónica, folclor y por supuesto este elemento de música académica o “música clásica”. 

Ramón: Esta pieza se dio porque me invitaron a este proyecto. Rubén y yo tenemos una amistad, cuando viene a Tijuana me visita y aquí en el estudio nos ponemos a grabar. Fue básicamente como un yang; yo me puse a tocar los sintetizadores, las perillas y los sonidos y todo se empezó a grabar. En ese entonces estaba también otro amigo, el contrabajista Andrés Martín, él empezó con su contrabajo y fue realmente muy fácil porque ya había un banco de sonidos muy amplio, de muchísimos artistas, entonces era tomar esos sonidos e incorporarlos como un elemento en esa pieza, muchos sonidos se podían manipular y crear algo nuevo a partir de ellos, entonces la magia de este proyecto no termina ahí; se hizo la pieza con esos sonidos, la mandé y se transformó en algo mayor cuando ya la terminó Felipe orquestándola, incorporándole más elementos y es uno de los objetivos de este proyecto, la cuestión colaborativa y que no termina ahí, ya cuando se suba la gente inclusive va a poder acceder a estos sonidos y recrear, deconstruir y hacer algo totalmente nuevo con esta colaboración con Rubén Albarrán.

En 2020 lanzaron (como Nortec) “Convénceme” también con Rubén, imagino que al ya conocerse fue fácil trabajar con él

Ramón: Fue algo muy divertido, estar disfrutando lo que estás haciendo. Ya hemos tenido
varias colaboraciones con Rubén. Esta pieza estaba adelantada a su tiempo, realmente no veíamos venir lo que está pasando hoy en día, un mundo en extinción, la cuestión de que estamos nerviosos o ansiosos por lo que viene con esta guerra, entonces tiene que ver con la actualidad. 

Ramón Amezcua (Bostich), Felipe Pérez Santiago y Rubén Albarrán: Puentes musicales en tiempos de incertidumbre

Precisamente con la situación actual, este álbum habla de ser un “intercambio de lados y música que tumba muros”, lo que lleva un poco al recuerdo del discurso de Trump y hoy con la situación Rusia-Ucrania, la violencia en el fútbol mexicano y la pandemia, ¿cómo es que la música aún puede unir personas?

Felipe: Si hay algo que definitivamente puede romper esas barreras es la música. La primera vez que Graham me comentó lo del proyecto estábamos caminando por las calles de Austin cuando de pronto él tuvo esta revelación y todavía era durante la administración de Trump, me dijo: “Mira mientras él quiere poner muros entre nuestros países, por qué nosotros no construimos puentes” y me pareció una frase bellísima y muy inspiradora. Hace un par de días, en una estación de radio que se llama New Sounds.rg, que es de la WXR Nueva York y sigo desde hace mucho, he escuchado ahí mi música y de hecho también de Nortec, hicieron un programa dedicado a la música ucraniana, pero sobre todo a la diáspora ucraniana. 

Los ucranianos que viven fuera de su país y la música que ellos han creado a lo largo de los años, combinando sus raíces, sus tradiciones musicales con las tradiciones de los países a donde han emigrado, era una cosa verdaderamente bellísima, muy emotiva, a mí sí me sacó lágrimas y dije, bueno, entre músicos no nos vamos a pelear. 

A mí ponme un músico argentino, noruego, ucraniano, japonés o australiano, y si tenemos ideas musicales en común, vamos a crear música y nos va a valer gorro si hablamos el mismo idioma, si somos del mismo color, si tenemos la misma religión o si tenemos una cultura parecida. La música verdaderamente nos une a los creadores, pero más importante es que nos une con los escuchas y todos podemos cantar una canción que nos guste sin importar si entendemos o no el texto. Creo que la música sí es definitivamente ese lenguaje universal que puede romper fronteras y que puede unir culturas. 

Ramón: Realmente la música rompe e irrumpe en cualquier cultura y lo he experimentado, también hemos estado en festivales en donde hablamos idiomas totalmente distintos. Alguna vez me tocó en un festival donde hicieron una reunión de todos los músicos, estábamos en un templo de los samoanos en Nueva Zelanda y cada uno tenía que cantar una canción de su lugar. Los españoles cantaron lo suyo, los de Arabia, los de China, etc, pero cuando empezó a cantar uno de mis músicos algo de México, fue la de “Cielito lindo” y todos estaban cantando, entonces dices cómo la música te identifica y no importa el país, te une. Ahora con lo que está pasando en Ucrania, tiene que haber algo o un lazo, por ahí vi un video donde están tocando la novena sinfonía de Beethoven, entonces tiene que haber algo que sensibilice de alguna manera esto que está pasando.

Regresando al tema del álbum donde estará este sencillo, ¿cómo fue el trabajo de la curaduría? 

Felipe: Mi trabajo como curador fue de este lado de la frontera, la parte norteamericana se curó en Estados Unidos. Yo hice la selección para los participantes de la biblioteca virtual, de ahí se hizo una selección extra sobre la cual se les convocaron a los 12 compositores y artistas de sonido, que conformamos el álbum y quise ser lo más inclusivo posible. Lo que hice es que me puse a publicarlo en redes, algo como: “Se les convoca a compositores, productores, dj’s, artistas de sonido, músicos, guitarristas, cantantes, percusionistas, etc. Lo publiqué como maniaco y la verdad la respuesta fue alucinante, me llegaron cientos y cientos de propuestas, de las cuales ahí sí tuve que hacer una selección y si bien recuerdo quedaron 40 mexicanos y 40 norteamericanos. Por supuesto también se vio la equidad de género, que fueran si no necesariamente mitad hombres, mitad mujeres, pero sí con una equivalencia de género y por supuesto también en equivalencia de razas. 

En Estados Unidos fueron muy cuidadosos también con incluir afroamericanos, gente de comunidades marginadas y aquí en México fue igual, también de incluir gente de comunidades indígenas, que no fuera solo gente de la CDMX. Todo ese material se le mandó a Graham, que a él le tocó hacer la selección.

Hablando de inclusión en lugar de exclusión, ¿Cuál consideran que es el escenario perfecto para escuchar este trabajo?

Ramón: Yo creo que en todos los lugares, es una pieza que te pone en un estado de ánimo en especial, por así decirlo, no te pone triste ni te pone alegre. Yo pienso que la puedes escuchar con tus amigos, con tus audífonos, en el auto. Inclusive la visualizo alguna ocasión tocándola con Rubén y que la gente esté bailándola, la visualizo tocando con una orquesta con Felipe en el Auditorio Nacional (risas). Es realmente una pieza que permite reflexionar más que todo y cuando estás haciéndolo puedes estar en cualquier lugar y cualquier momento.

Felipe: Es una pieza bien universal, creo que Ramón y Rubén hicieron una cosa bellísima porque de verdad entendieron muy bien lo que está pasando en este momento, se nos adelantaron un par de años a lo que está ocurriendo en este momento, aunque ya estábamos viviendo la pandemia. 

Creo que es una obra que se puede escuchar desde el momento más introspectivo en tu cuarto con las luces apagadas y unos audífonos o la puedes escuchar con tu novia, novio o lo que sea y compartir un momento bien padre con tu pareja, tus amigos o yo también me la imagino en un reventón tremendo con un orquestón  y con percusionistas, 20 mil personas bailando y echando una súper fiesta. Creo que Ramón y Rubén tuvieron el muy buen tino de transmitir y crear una pieza verdaderamente universal.

Finalmente, ¿qué sigue para este proyecto y para cada uno de ustedes en la escena musical? 

Felipe: El disco lo presentaremos en Austin el 17 de abril, mitad músicos mexicanos y mitad músicos norteamericanos. En septiembre de nuevo se presenta en Markham, Texas y sigo en pláticas con Graham para que el disco se presente en México, a mí en lo personal me gustaría que fuera a mediados de septiembre y definitivamente el álbum va en vivo, la idea sería tener a todos los colaboradores en el escenario. Y de mi trabajo, tengo la gran fortuna de en abril estrenar una ópera con la sinfónica de Puebla , que es bellísima porque será la primera ópera clown hecha en la historia de la humanidad, así que vamos a tener literalmente una ópera con payasos, magos, equilibristas, etc. Tengo otra colaboración con músicos indígenas contemporáneos de todo el país como Sótera Cruz haciendo hip-hop en zapoteco, Xipe Totec con metal en náhuatl y a Sak Tzevul con progresivo en tzotzil con el Vórtice Ensamble que se creó para hacer estas locuras, así como obras que tengo que escribir para danza y cine.

Ramón: De los proyectos en los que estoy, esta pandemia fue un altibajo. Los primeros meses estaba frustrado en muchas cuestiones creativas, pero después del tercer mes yo creo que produje más material que en toda mi carrera de músico (risas) y se acaba de estrenar una pieza que hice con Wolfganf Flür, de Kraftwerk. Este disco incluye colaboraciones con gente muy icónica dentro de la música electrónica como el grupo ochentero Ultravox, Claudia Brücken de Propaganda y estoy muy contento con él. En este mes hay varios estrenos: un soundtrack que hice para un documental de box sobre un entrenador aquí en Tijuana llamado Rómulo Quirarte y en agosto estrenamos un disco como Bostich + Fussible que se llama “De Sur a Norte”, es un recorrido que hicimos en varios estudios de grabación desde Mérida hasta Tijuana. Como Nortec incluíamos tuba y acordeón, pero ahora ya incluimos instrumentos de casi todo México; lo presentaremos en lo que será la primera edición del primer Vive Latino en Zaragoza, España.        

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