'La Última Mudanza' y la inspiración inacabable del amor

'La Última Mudanza' y la inspiración inacabable del amor

¿Se puede hablar de las andanzas amorosas sin entonar una canción de Okills? Imposible. Es por eso por lo que regresan con 'La Última Mudanza', un álbum que muestra el ciclo inacabable de inspiración que es el amor en sus múltiples facetas, tales como la rabia, la dolencia, la locura, la gratitud y la alegría; mediante la fusión cautivadora del rock y los ritmos tropicales que caracterizan a la banda.

A través de 15 canciones Okills representa momentos pre y post relación a través composiciones que delatan una realidad subjetiva que propicia que los oyentes puedan engancharse fácilmente con estas, al estar aprisionadas por completo entre los dos polos del amor. El disco es un mix de múltiples géneros como el pop/rock, rock tropical, pop caribeño, bolero, pop y son.

Comenzó a gestarse desde noviembre de 2022 con el lanzamiento de “Curita” y en él coincide el trabajo de producción de Okills, Armando Lovera Rada y Ulises Hadjis. Además, de contar con composiciones de las plumas de Juan Alberto Solís, mejor conocido como Juan Solo); Armando Lovera Rada; Luz Pinos; Marissa Mur; Ana Sof; Nadir Cortés GarcíaWilliam José Casique Toro, mejor conocido como José y el ToroUlises Hadjis; Santiago de la Fuente y Miel Maury Arrue, guitarrista y vocalista de Anakena respectivamente; Raquel Sofia y Alberto Arcas y Kevin Yousef, ambos integrantes de Okills.

Gratitud de las conexiones amorosas en 'La Última Mudanza'

¿Qué sería de Okills sin los ex? Por supuesto que 'La Última Mudanza' es un respiro, un abrazo y una salvación a las contrariedades del amor, ya que, en cuatro temas, Okills se olvida del enfado por la ruptura amorosa y decide impregnar la madurez, la aceptación y la gratitud de lo bueno y malo que las relaciones de pareja otorgan tras su punto final.

El disco inicia con “La Mudanza”, una dupla de emociones que parte de la negación para finalizar con la aceptación. La melodía es una carta a la resignación que da chance al sentimiento de nostalgia y lo mezcla con agradecimiento. “La Mudanza” es una canción de desamor que se resbala entre la madurez de aceptar el final de una relación, sin pretensiones de segundas oportunidades.

“Yo soy un buen perdedor. No te voy a molestar, mucho menos a escribir”, indica una de las estrofas de la canción que saca a relucir la confrontación sana y consciente de la vivencia que describe.

 “La Mudanza” se convierte en una perfecta antesala para la dicotomía de sentimientos que se contraponen en 'La Última Mudanza'.

Por si fuera poco, un pop jazzeado sonoriza la obsesión por alejarse de todo aquello que haga recordar las vivencias y sentimientos generados por una antigua relación. En “ya no escucho a drexler” relucen los esfuerzos que las personas hacen por generar un cambio beneficiosos para sí mismos a favor de salir de la incertidumbre y el dolor.

La canción enfrenta la agitación del desamor en compañía de una armonía de sonidos suaves que describe las complicaciones que las personas enfrentan luego de una separación y cómo estas cambian las rutinas individuales con el único objetivo de dejar de lado el revoltijo de emociones que esta conlleva.

“Gente que antes siempre frecuentaba ahora todos son extraños y está bien”, dice una de las estrofas que no pasa por alto el reconocimiento a la pluma científica del amor, Jorge Drexler.

En “Curita” se coloca un escenario de gratitud y aceptación por la ruptura amorosa. No pretende reclamar nada como lo hace “LA POLICÍA”, sino que elogia las vivencias y destrezas compartidas en lapso del romance que narra y recalca la realidad de que en muchos casos no existen culpables dentro de una relación que, aunque termina en malos términos, siempre se construyó y procuró desde la cooperación y el amor.

“Y si algún día yo vuelvo a verte, espero la curita no esté más”, entona el coro de la canción que se desarrolla entre un estilo pop y bolero en compañía de Anakena, banda venezolana.

Así como inicia el disco, la última canción es un impulso para desprenderse sanamente de las personas. En esta se sintetizan los altibajos que el álbum entero narra,  entre sus versos encapsula los matices que una ruptura amorosa deja para recordar que llega un momento en el que “Todo Pasa”.

Exalta la gratitud, así como el aprendizaje que las experiencias desdichadas del amor también dejan. Además, recuerda los sonidos de “Seguir Así” del álbum 'Estar Bien', quizás como una continuación de aquella canción que demuestra que si “estarás mejor sin mí y yo estaré mejor sin ti” porque “Todo Pasa”.

“Todo pasa, que buen viaje, buen servicio y bonito el paisaje; turbulencia en el aterrizaje, pero no pasa nada, todo pasará”, dice el coro de la canción que se acompaña de la voz de Raquel Sofia, cantautora puertorriqueña y expareja del vocalista de Okills, Alberto Arcas, lo que le da un tinte más orgánico al ser una composición de dos personas que en algún momento tuvieron una conexión y dolencia igual a la que hablan en esta canción.

“Lo Mejor, Lo Peor” 2.0

A lo largo de los años, Okills también se ha caracterizado por ofrecer temas que no se limiten en expresar la rabia y el enojo que las personas experimentan tras una ruptura amorosa, estas se han vuelto un himno y pieza infaltable de sus track list en sus conciertos. 'La Última Mudanza' ofrece joyas que sin lugar a duda se encuentran a la altura de “Lo Mejor, Lo Peor”, perteneciente a 'América Supersónica', segundo álbum de la banda.

Mediante una canción corte rock, con intermitentes sonidos de son cubano, “LA POLICÍA” inicia esta fase del álbum y delata la exasperación que el final de una relación, o algo que nunca existió (como los famosos casi algo), provoca en una persona.

Esta canción fácilmente podría ser la versión 2.0 de “Lo Mejor, Lo Peor” porque en menos de diez segundos la canción intercambia la sutileza por la furia; en esta recae cada uno de los pasajes de reclamo que contienen ambas canciones, por lo que “LA POLICÍA” pinta para ser un nuevo clásico de las presentaciones en vivo, tal como lo es la ya mencionada.

“Esto es de lo peor, yo tan bonito que hasta te deseaba lo mejor. Ya cambié de opinión, que te pise un camión”, entona una de los versos al golpe de las percusiones.

Por su parte, “NO te emociones” explota en la soltura de la tormenta post-relación con una melodía pop/rock que refleja el sentimiento de libertad por haber salido de los congojos los momentos que vienen con el paquete todo incluido del desamor: frustración, dolor y lágrimas.

Así como lo hace “La Mudanza”, la estrofa inicial se encapsula en la dolencia para después aventurarse a la firmeza de no retroceder a una relación dañina.

“Y que menos mal que todo salió mal; que no llegó a pasar lo que pudo pasar; que no puedo pensar en pensarte; que no voy a extrañar extrañarte”, menciona el coro de la canción.

Y “No te lleves al perro” niega el freno a marcar distancia de una persona que causó un malestar amoroso. Igualmente, enlista múltiples situaciones que muestran el enfado, apatía y desprendimiento de todo lo que en algún momento fue importante para dos personas que construyeron una relación.

La frase que da nombre a la canción figura como el cariño por una mascota puede pasar a significar más que por una persona que no estuvo a la altura del amor que se entregó.

“Me tienes marchitao. Las mariposas ya no se sienten. Yo estaba enamorado”, entona la canción que desencadena la cadencia del son a través del enojo y el reclamo.

Okills embalsama sus canciones con amor

El polo del amor inicia con “El Plan” y se trata de una melodía llena de locura romántica que retrata la unificación de las rutinas de dos pretendientes. Esta retoma la euforia, alegría y ternura del salvajismo emocional de compartir cada momento en compañía de la persona que se ama, quiere o con quien se busca formalizar una relación amorosa.

La rutina, la premeditación y la espontaneidad se adaptan a la canción, refleja todo el bullicio de emociones que el amor representa.

“Lo que tú quieras yo haría, contigo no me importa el plan”, menciona el coro de la canción en la que relucen las cuerdas y percusiones, armonizados por el acordeón, instrumento que complementa y se incorpora a los sonidos de Okills.

La dulzura continúa con “Viejitos” y su idealización del amor. La canción ilustra musicalmente los escenarios románticos que las personas crean en la mente a partir de un encuentro casual con alguien que remueve sensaciones internas.

Es como leer una carta de declaración entre dos niños, transmite la inocencia y la honestidad del génesis de un amor.

“Yo te quiero cuidar cuando estemos bien arrugaditos, caminar en un parque contigo poquito a poquito. No me has dicho que sí, pero ya yo nos vi de viejitos”, menciona la canción pop con tintes de bolero gracias a la compañía del cantautor venezolano José y el Toro.

Enseguida llega “SI TÚ Y YO FUÉRAMOS NOVIOS” como una declaración de amor, que, a diferencia de “NO te emociones”, da sonoridad a la pre-relación. El corte pop de la melodía da pie a escabullirse en las múltiples situaciones que pueden propiciar el amor y no se limita a romantizar el primer encuentro, las situaciones atemorizantes y la cotidianeidad.

Sin lugar a dudas, “SI TÚ Y YO FUÉRAMOS” es la parte más dulce del álbum y encuentra su posición a la mitad del material para polarizar los sentimientos que le dan cimiento: el amor y su contraparte.

En esa misma línea, los sonidos tropicales de Marissa Mur, cantante mexicana, se unen a los de Okills para crear “Tinto de Verano” que expresa la efervescencia de la atracción entre dos personas, sin tocar la anchura del amor.

Es un cantar que denota el frenesí de los encuentros novedosos entre dos personas.

“Bobo y todo atolondrado, esto no me había pasado desde hace tiempo ya”, cantan dos voces ejemplares del sonido tropical actual en “Tinto de Verano”.

Para cerrar la faceta romántica del álbum, “Altamar” demuestra cómo el amor puede tomar por sorpresa a las personas en los contextos más inesperados. Aunque cae en lo cliché de sonorizar un amor de verano, no lo romantiza por completo porque es directo en recordar que esas situaciones son efímeras, por lo que la prisa es necesaria. 

“Ya no puedo dejar de verte, tengo unas ganas de comerte, lo confieso de verdad”, entona la melodía que no le canta al futuro, sino al presente y al disfrute del momento que se está viviendo.

De engaños, optimismo y aislamiento en 'La Última Mudanza'

Ahora bien, 'La Última Mudanza' también sonoriza otras situaciones que pueden encajar con sus oyentes como en el caso de “Hablar de Dos”, una canción que raya en lo inmoral, a través de la justificación del amor como causa de engaño. La melodía contiene una lírica inicial que delata al amor, pero da un sobresalto cuando especifica que se trata de la incitación a una infidelidad entre dos personas que tienen algo principal en común: una relación.

Explora múltiples justificaciones del porque “me gusta hablar de dos si se trata de ti”, que no deja de lado la existencia de dos individuos que buscan salir de soledades acompañadas.

“Estoy cansada de lo mismo, el vacío me hace mal quiero estar donde tú estás”, indica uno de los versos entonados por la voz de Luz Pinos, artista ecuatoriana de indie/rock.

En “Todo Bien, Todo Mal” Okills otorga un empuje positivo para salir de las situaciones angustiosas de la vida cotidiana (o de todas las calamidades románticas que contiene el disco), así como un llamado a encarar el desbarajuste emocional con alegría, soltar los innecesario del pasado y sujetar con optimismo al provenir.

“Todo bien, todo mal. Sonreír no es de ahuevo y si te caes al andar, te levantas de nuevo, perro”, entona el coro de la canción en la que convergen los sintetizadores, el bajo y la batería para confeccionar una rola pop/rock con la cual encarar los malos días y recordar que la calma y el desastre son parte de sanar.

Y así como “La Mudanza”, en “Claramente” chocan la negación y la aceptación, pero en este caso no por el desprendimiento de las personas, sino por el reconocimiento de que aún existe un sentimiento atado al amor que se sentía.

Con la colaboración de Silvia Moreno, cantautora argentina, esta dicotomía inicia con el aislamiento, como mecanismo de defensa, que separa los sentimientos de los recuerdos para tolerar la realidad del dolor con versos como: “Claramente no me importa ni llamar tu atención. Claramente ya me vale cuál es tu situación”; para después contradecirse con: “Claramente tengo ganas de llamar tu atención. Claramente si me importa cuál es tu situación”.

Es una representación real de las disparidades e incoherencias que el dolor provoca en las personas que buscan superar el pesar amoroso.

'La Última Mudanza" recuerda porque Okills son referente de la alegría, la fortaleza, la fiesta, el amor y la dolencia positiva; además, respeta lo que a lo largo de casi 20 años los ha hecho auténticos. 

Muestra múltiples escenarios en los que se puede vivir el ciclo inacabable del amor otorgándole así una proximidad con quien lo escucha debido a la sencillez tan compleja que llena con cada una de sus letras.La entrega es una realidad cotidiana para todos aquellos que han experimentado el amor, en triunfo y pérdida por igual.

Okills cerrará su gira por México el próximo 17 de octubre en el Teatro de la Ciudad, en la Ciudad de México, en donde por primera vez entonarán algunas las canciones que contiene 'La Última Mudanza' y que prometen ser nuevos favoritos de su público en futuras presentaciones.

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'La Última Mudanza" es la búsqueda, la víspera y la estancia del amor, pero también el quiebre, el dolor, la despedida y la soltura que el desamor coloca como obstáculo. Este álbum es un sube y baja de emociones que recuerdan el romance a la antigüita con una mezcla de sonidos caribeños que seducen al enamorado empedernido y al desolado reciente caído del desamor.