Nemegata es un power trío de músicos colombianos radicados en la ciudad de Austin, Texas conocida como "la capital musical del mundo". Nemegata es un muisquismo y el nombre antiguo de la vereda de San Francisco del municipio de Junín, Cundinamarca, de donde provienen los bisabuelos paternos de Víctor, cantante de la banda. Comparándolo con la lengua muisca de Bogotá,podría significar "el fuego del gato montés/jaguar, o el paso del gato montés/jaguar, pero no se sabe con certeza, pues en el Guavio se hablaba otra variedad dialectal muisca.
El concepto del grupo nace en Nueva York como consecuencia artística de un largo proceso que tuvo Víctor dentro de su experiencia como inmigrante en Estados Unidos, y culminó con la formación de la banda cuando los tres músicos se encuentran en Austin, coincidiendo con unos gustos y búsquedas muy similares.
'Ni con Palo ni con Bala' es el nuevo lanzamiento de Nemegata, es el sonido que baja desde las montañas, desde las casas de los barrios populares, desde las diásporas migrantes viviendo bajo las sombras en países extranjeros, desde la inconformidad y se expresa en las calles en forma de grito y canto que se niega a morir. Es la luz que nunca se extinguirá, la que ilumina el camino y que ha transformado la impotencia y las emociones contenidas, en coraje y esperanza. Es la llama que no se apaga, ni con el palo que golpea, ni con la bala que mata.
"La canción se concibió desde un demo con un ritmo afro en 6/8 que luego Fabián adaptó a su manera en la batería, por debajo de un riff tenso de guitarra distorsionada dando el motivo principal de la canción. Aquí convergen los sonidos pesados del "rock" pero vistos desde otros ángulos y culturas, con la síncopa rítmica del lenguaje del tambor y guiños a los lereos del bullerengue" - Nemegata
'Ni con Palo ni con Bala' se une a 'Fondo', 'Quiero Llegar', 'Pasos' y 'Wa Chyzha', sencillos que harán parte de su segundo disco de estudio 'Voces', un trabajo que aborda la diversidad de las voces desde el sentido ancestral hasta las voces que se alzan para reclamar lo que se necesita para no perder la dignidad. Las voces de resiliencia, las voces que sanan, las voces que nos dan fuerza, que nos inspiran, que nos conmueven.