Bad Bunny ha sacado a la luz ‘Nadie sabe lo que va a pasar mañana’, su prometido y esperado álbum de trap.
Como un lanzamiento de trap, en su mayoría, el material es sólido, y explora una variada paleta de sonidos y líricas que se montan para rememorar los inicios de la trayectoria del artista puertorriqueño.
De hecho, hasta cierto punto, conserva la honestidad discursiva y sentimentalismo. Sin embargo, esta transparencia y capacidad creativa de lograr conectar canciones con ánimos colectivos, se ve contaminada por un exceso de opulencia, alardeo y proyección de frustraciones sobre la fama, las controversias y la obsesión con la figura pública del “Conejo Malo”.
'Nadie sabe lo que va a pasar mañana', el Bad Bunny menos interesante
El resultado es un LP de trap convencional, sobre los vicios y éxitos de un personaje que parece estar cansado de ser el artista más escuchado del mundo desde el 2020; se siente como una obra caprichosa, que no cede a la honestidad creativa, pero sí a la variedad y al eclecticismo que caracterizaban al trabajo de Benito y que entregaban verdaderas experiencias de reproducción para la escucha.
Por lo tanto, aun con colaboraciones que destacan como las de Young Miko, Feid, Tainy y Mora (casualmente, solo una de estas es un track de trap), la era de catarsis de Bad Bunny parece ser la menos interesante de todas.
‘Nadie sabe lo que va a pasar mañana’; muy cierto, Bad Bunny. Un día eres el artista más reproducido del mundo y, al otro, tu música pide a gritos un descanso y renovación creativa.