Las nubes amenazaban con llover, mientras la avenida Donceles estaba descongestionada; todo parecía transcurrir con normalidad previo a las 20 horas del 17 de octubre. Sin embargo, al interior del Teatro de la Ciudad Esperanza Iris se gestaba uno de los shows y retos más importantes de la carrera de Okills.
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El reloj marcó las 18:35 horas y personas de todas las edades esperaban que abrieran las puertas del imponente recinto; al tiempo que un joven colocó una lona sobre la banqueta para extender playeras y sudaderas, por supuesto piratas (signo inequívoco de que te has ganado tu popularidad entre el público).
Hubo variedad, en negro, blanco y rojo o talla chica, mediana y grande como anunció el vendedor sus prendas, sin saber que alborotaba aún más la impaciencia de los fans.
A las 19:03 horas, tiempo en que los guardias de seguridad liberaron el paso que en cuestión de segundos se abarrotó por los asistentes para conseguir un pronto acceso. Con merch nuevo (o del baúl de los recuerdos de anteriores presentaciones de la banda) y globos en forma de corazón fue como el Teatro de la Ciudad vio ingresar a los fans.
Euforia, risas y murmullos apañaron el lugar, mientras mil 326 butacas comenzaron a ser utilizadas por cada una de las personas que albergaban dichas acciones.
Poco después de las 19:30 horas ingresó Gilberto El Valiente, banda mexicana que se proclama como “músicos para los corazones rotos”, con tintes indie/rock calentaron los ánimos; batería, guitarra y voz fueron suficientes para lograr una conexión instantánea, mientras el lugar continuaba atiborrandose de amantes del rock tropical de Okills.
CDMX presencia el inicio de 'La Última Mudanza'
Cajas de mudanza y globos metálicos de corazón tapizaron el escenario, mientras los chiflidos del público entusiasmado se acrecentaron. A las 20:12 horas fueron abruptamente interferidos por sonidos de tráfico; la cuenta regresiva comenzó y era evidente la emoción en las sonrisas que vestían los rostros de los fans atentos a que el telón subiera.
¡Sorpresa! Alberto Arcas y Kevin Yousef -vocalista y guitarrista de Okills, respectivamente- ingresaron desde las puertas principales del teatro, con un traje multirriesgo (similar a los que portan los electricistas, que son el estandarte de esta nueva era de la banda) y cajas de paquetería sobre los hombros fue como el público los recibió.
A las 20:15 oficialmente dio inicio 'La Última Mudanza' con “Si Tú y Yo Fuéramos Novios”. Un público sereno desapareció al grito de Alberto Arcas: ¿Qué pasó Ciudad de México?, dijo. Las luces azules y los globos de corazones que cayeron desde la parte superior del escenario complementaron la melodía más romántica del nuevo disco de Okills, entretanto una atmósfera de emoción retenida se mostró entre la gente.
“Después” rompió la atmósfera ya mencionada, los fans eufóricos despegaron sus cuerpos de los asientos para bailar y saltar con una de las canciones más sobresalientes de 'América Supersónica'. Luego, el ritmo tropical puro, acompañado de un juego de luces verdes y rojas, invadieron el escenario, paralelamente al baile lento de los asistentes al sonar “Café con Chocolate”.
De la misma manera, “La Mudanza” apaciguó al público que entonaba la melodía que arranca 'La Última Mudanza' para después reflexionar sobre la vida con “Todo bien, Todo Mal” y “Tiempo”; el nuevo y antiguo mantra de la banda para encarar las tempestades cotidianas con optimismo y despreocupación, pensamiento que conectó con el público.
Fue “ya no escucho a drexler” que con su pop jazzeado retomó la serenidad de los asistentes que movían el cuerpo lentamente, mientras meneaban sus globos al aire y coreaban la melodía. Posteriormente vino un choque de ritmos, pues de la serenidad se trasladaron al barullo con “Friendzone” y “NO te emociones” que provocó el salto de los asistentes al unísono de los golpes de la batería y el estruendo del bajo.
“Un aplauso para todos ustedes”, mencionó Alberto Arcas, que enseguida logró llenar el Teatro de la Ciudad con corazones encendidos, mediante el reflejo de la lámpara de los celulares y los globos de corazón, que como primer momento destacado de la noche lo transformó en un entorno de tranquilidad en constante choque con la inquietud de una vulnerabilidad positiva y gratitud desde ambos polos, escenario y público.
Los amigos de Okills ayudaron en 'La Última Mudanza'
A las 20:53 horas un mini set acústico se tendió sobre el escenario. Armando Lovera y Ulises Hadjis, ambos productores y co escritores de 'La Última Mudanza', engalanaron aquel momento; con Armado Lovera entonaron “Altamar” secundado por el sonido de los bongos y Ulises Hadjis reforzó el sentimentalismo de “Viejitos”. Las luces bajas, la priorización de las voces y los sonidos púrpuras construyeron un contexto de nostalgia y amor, que retumbó en el sentir de un público sereno.
Armando Lovera y Ulises Hadjis fueron el inicio de un despliegue de invitados, mejor dicho, amigos que han acompañado de cerca la trayectoria de Okills. El clímax de la presentación de 'La Ultima Mudanza' apenas comenzaba y las gargantas de los asistentes no esperaban los gritos que deberían entonar en los próximos 55 minutos.
Dos corazones gigantes descendieron de la parte superior del escenario, estos recibieron la voz suave y melosa de Marco Mares para cantar “La Vida En Pareja” y exaltar el funcionamiento perfecto de dos personas que se aman, además de recordar los sonidos tropicales que enmarcaron a Okills en 2020.
Un pequeño desliz ocurrió con “No Te Lleves Al Perro” debido al desconocimiento de la canción por el público. Sin embargo, enseguida se retomó el borboteo de emociones cuando Los Rumberos pisaron el escenario y pusieron a bailar no solo al público, sino también al mismo Alberto Arcas con “Curita”.
El público no tuvo tiempo de asimilar a los invitados previos cuando enseguida Daniela Spalla acompañó a la banda con “Funcional”, otorgando su característico timbre tajante melancólico que complementa perfectamente la canción; disculpen Laura Guevara y Mon Laferte.
Los ánimos se mantuvieron estáticos con la llegada de Marissa Mur al cantar “Tinto De Verano” que no solo conectó instantáneamente con el público, sino que les pidió entonaran el coro de la canción con fuerza, acción que desencadenó el grito eufórico colectivo con: “Contigo yo me voy pa donde vayas, volando como una guacamaya”.
El show continuó con “Baldor” que encendió al público al ritmo de la melódica de Alberto Arcas y recordó otro de los imperdibles de 'América Supersónica'.
El segundo acto destacado, corrió a cargo de dos mujeres: Raquel Sofía y Malissa Robles; ambas tocaron las fibras sensibles del público, al detonar quietud y movimientos de celeridad, respectivamente.
“Todo Pasa” da cierre a ‘La Última Mudanza', pero da continuidad a la vida personal de sus compositores e intérpretes luego de crear esta canción que tomó como referencia su propia historia de amor. Entre líneas, Raquel Sofía y Alberto Arcas mostraron su gratitud y cariño mutuo por lo vivido como pareja, pues con un abrazo y un choque de manos se representó la madurez de la cual habla en dicha canción.
"Gracias a todos los que aquí estamos conectados en este momento", dijo Raquel Sofía, que recibió un grito eufórico por parte del públco.
Luego Melissa Robles generó otro retroceso a 'Dimensión Caribe' y recordó porqué “Tú” es una de las canciones más populares y consumidas de los fans de Okills. Con una química y dominio ejemplar del escenario Melissa Robles reencendió al público, que combinó la algarabía con admiración para recibir y despedir la interpretación de la artista.
La única canción de 'Estar Bien' que sonó aquella noche fue “Sigo Sin Pensar en Ti”, misma que bastó para enloquecer a los fans.
Faltaban 12 minutos para el cierre, y tercer momento destacado del show, por lo que Okills reafirmó la gratitud que tenían hacía su público. El cierre fue tremendo, el hervor del público causó que “Asesina” y “Amigos” se convirtieran en un desastre funcional que con un juego de luces y una batería estridente anunciaba la llegada del final.
La noche cerró con “Lo Mejor, Lo Peor” que generó una locura entre el público y reafirmó la razón de que dicha canción sea la favorita e infaltable de la banda. Durante la última interpretación todos los invitados subieron al escenario, corrieron, saltaron, se abrazaron y saludaron al público mientras de fondo sonaba la última parte de la melodía; juntos crearon un ambiente de desasosiego positivo que infestó el recinto.
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Alberto Arcas agradeció al público y a sus invitados. La banda llamó a todos para tomar la tradicional foto, la que se convierte en una bandera de dominio sobre un escenario.
Bien merecido aquel “¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! Okills, Okills” que el público gritó al final, pues la banda enfrentó con éxito el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, lo que se convirtió en un buen augurio para la gira que les avecina con la promoción de 'La Última Mudanza', que promete ser un éxito y dar continuación a más clásicos del rock tropical de Okills.