Chromatica de Lady Gaga: introspección y sinestesia pop

Chromatica de Lady Gaga: introspección y sinestesia pop

El regreso de Lady Gaga al dance pop es tan efectivo como difuso en sus ambiciones. El universo cyberpunk y extraterrestre de Chromatica esconde un territorio mundano e introspectivo que la artista neoyorquina explora en su material más honesto y, sonoramente, consistente desde Born This Way

En Chromatica, un mundo utópico en el que se materializa la sinestesia entre los sonidos y los colores, ha surgido un conflicto entre sus tribus pobladoras, las cuales lucharán mutuamente por dominar el territorio. Sin embargo, un grupo de guerreros denominados los “Kindness Punks”, liderados por Lady Gaga, luchará por conciliar la armonía entre las facciones del planeta multicolor. 

Así el regreso de la Mother Monster, como una guerrera de sus propios demonios, en un universo de fantasía cyberpunk, buscará re-establecer su identidad a través de melodías dance noventeras en apego al estilo musical distintivo que la convirtió en un emblema de la cultura pop. 

Spoiler alert: Pierde la batalla en Chromatica, pero sus intentos son tan efectivos y relevantes como para considerarlos parte de una derrota digna y llena de aprendizajes. 

El viaje a Chromatica

La historia expuesta en el sexto material de estudio de Lady Gaga podría empezar a construirse desde los inicios de la carrera de la artista neoyorkina, pero el relato de su empresa de exploración hacia Chromatica, evidentemente, ha comenzado a partir del fin de la era Artpop, al concluir la gira de promoción del álbum en 2014 y publicar Cheek To Cheek, el álbum de jazz en colaboración con Tony Bennett

Esta transición llevó a Gaga a apaciguar su ímpetu extravagante y a experimentar con un sonido y una imagen más recatada en Joanne, quinto material de la cantante, lanzado en el 2016 y que involucró un world tour de promoción inconcluso a causa de su fibromialgia, enfermedad crónica que para ese entonces la afectó significativamente y la obligó a tomarse un descanso de los escenarios. 

Posteriormente, su trabajo en la cinta A Star Is Born en 2018, tanto en la actuación del filme a lado de Bradley Cooper como en la producción del soundtrack, significó su regreso a los reflectores mediáticos, los cuales, desde entonces, no han dejado de seguirla, pues a finales de ese mismo año anunció Enigma, su show residencia en Las Vegas, su línea de cosméticos Haus Laboratories y los rumores que rápidamente se confirmaron sobre su trabajo en el sexto trabajo discográfico. 

Desde entonces, las expectativas respecto al nuevo álbum despegaron y se acrecentaron tras las declaraciones de Lady Gaga relacionadas con su regreso a los sonidos electrónicos. ¿Chromatica ha superado o, al menos, cumplido esas expectativas?

La batalla dance pop de Lady Gaga

La travesía inicia con “Chromatica 1”, un epílogo de strings de alcances cinemáticos que introducen progresivamente los beats de “Alice”, un track que apertura el álbum de manera potente y establece el inicio de una ráfaga enérgica a la que le siguen “Stupid Love”, el lead single que destaca por su pegajoso loop de sintetizadores saturados, y “Rain On Me”, segundo sencillo de promoción y colaboración con Ariana Grande, melodía en la cual tienen mayor presencia las convenciones dance noventeras, pues suena a una re-mezcla de “Another Chance”, one hit wonder de Roger Sánchez,que se materializa gracias al trabajo de Bloodpop como productor principal del álbum en colaboración con figuras del EDM contemporáneo como Axwell, Skrillex y Burns.   

De manera temprana se hace evidente uno de los puntos más positivos del álbum: el ritmo en la estructura y disposición de los tracks. Más adelante es posible escuchar el tono alto de “911”, una conmemoración fiel al sonido de Lady Gaga anterior a Art Pop, “Plastic Doll” un corte introspectivo synthpop sobre la vulnerabilidad de una artista subordinada a la industria musical y “Sour Candy”, la colaboración de deep house con la agrupación de k-pop BLACKPINK

La fórmula de la triada vigorosa se repite y esa energía se extiende hasta “Enigma” y “Replay”. Lo mismo sucede con la aparición de “Sine Frome Above” que sorprende con la intervención de Elton John en medio de una fantasía trance devastadora que hace llegar su impacto hasta “Babylon”, el homenaje (intencional o no) a “Vogue” de Madonna, la celebración y conclusión del álbum. 

Chromatica corrige los vicios de Art Pop (2013) al proyectar un sonido enfocado, consistente y cohesivo. Asimismo, hace un uso destacable de sus virtudes y límites en su recorrido a través de la década pasada, a diferencia del EDM tosco, excesivo y la experimentación synthpop de su cuarto material de estudio. 

En ocasiones, la construcción instrumental es tan interesante por sí sola que el estilo pop luminoso de Gaga contamina la apreciación y opaca los aciertos de estas estructuras. Tal es el caso de “Replay”, una pista que evoca al house de Daft Punk en Discovery, pero que se entorpece con la inclusión vocal grandilocuente de la cantautora. 

Canciones como “1000 Doves”, “Plastic Doll” y “Free Woman” son declaratorias del carácter introspectivo y honesto que se extiende en todo el material. Las intenciones de convertir a Chromatica en un álbum conceptual se esfuman y reducen a una obra sobre los estragos de la fama, la fibromialgia y el proceso de aceptación y consolidación de la identidad artística de Lady Gaga. De esta manera aparece un concepto desperdiciado, desde los materiales visuales que han sido lanzados para los singles, hasta la inclusión forzada de interludios. Si bien la obertura instrumental funciona, en el resto del material tienden a romper con la cohesión sonora existente. Además, su duración excesivamente limitada los convierte en caprichos de pretensiones elevadas. Aunque, para este punto, es confuso determinar si el error es de Lady Gaga por promover un álbum conceptual, o del escucha por esperar algo así de una artista pop (Aunque Beyoncé lo logró con Lemonade, por cierto). 

Si no hay un planeta sobre el cual plantear una batalla, la lucha de Gaga es con ella misma y así lo ha estipulado; es el re encuentro con la estrella extravagante que conquistó a la música pop en 2008. Esta vez no hay una reinvención latente y no es necesaria, la extravagancia es mesurada y ese quizás sea un indicio de madurez. Gaga no ha vencido la guerra y no es su intención hacerlo, pues Chromatica plantea una fórmula pop segura y efectiva. 

El triunfo se le otorgará cuando dé el siguiente paso en su carrera, cuando logre conciliar sus virtudes y defectos y encuentre el camino de la innovación espontánea, de la exploración genuina hacia fórmulas artísticas más sofisticadas. Este es el planteamiento de aquello en lo que tiene que trabajar para trascender. Finalmente, el álbum llega en tiempos en los que el futuro es incierto y las certezas necesarias,  confirma que la música dance permanece tal y como la conocemos, y esta bien.

Canciones esenciales: "Alice", "Rain On Me" ft. Ariana Grande, "911", "Plastic Doll", "Sine From Above" ft. Elton John y "1000 Doves"