El amor adolescente es un trago agridulce que deja marcas en la sensorialidad del corazón, porque sí, si un platillo favorito trae recuerdos a través de los sentidos, también lo hacen las personas. Ver, sentir, oler y saborear los recuerdos hacen vibrar a aquel órgano al que se le adjudican los sentimientos, pero hay algo superior en la capacidad de escuchar, una activación de la memoria, las emociones y el bienestar que genera nostalgia a través de los sonidos convertidos en música.
La música de la adolescencia genera identidad, una cualidad que permea con el paso del tiempo. Por tal motivo, el retorno de una artista que conecta con la juventud de las personas es un susurro estridente atemporal que encarna la imagen de quienes ya no están, pero fueron parte elemental de una vida.
El artista no se hace artista solo por su música, sino también por la poderosa conexión que tiene con su público a través de una relación orgánica y sincera, detalle en el que Sofi Mayen es experta. El reloj marcaba las 20:45 horas en el Rebel Rebel/El Club del Rock & Roll, en Ciudad de México, cuando Mayen salió para caminar entre la multitud, una eufórica, con la que tuvo que romper el hielo mediante un agradecimiento y algunas bromas suspicaces para amenizar los problemas técnicos.
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Con una melena rebelde, unos labios rojos y un saco gris oversize, que conectaba con los visuales de su nuevo álbum, es como triunfalmente se para frente a un micrófono envuelto en rosas rojas y decenas de personas que han desempolvado sus recuerdos y colocado un altavoz antaño sobre sus gargantas para entonar la música de aquel 2012, y otras novedades.
Las sonoridades de “Entre Tus Pies” abren la noche con un público enmudecido pero gozoso, pues el desconocimiento para algunos era evidente, por ser uno de los sencillo de 'Normal', pero para otros era la antesala de la activación de los sentidos a través del corazón, ya que enseguida “Confieso” delató que la carrera del tiempo no ha dejado sin aliento a quienes tanto amaron a una persona y lo expresaron mediante las canción de la artista; a partir de aquí cada canción se convertía en “fragmentos, recuerdos, en regresión” con el eco de la voz de Sofi Mayen.
Una bola disco, entrelazada con luces rojas, iluminó todo el recinto para recibir a “Ahora Que No Estás” y llenar la atmósfera de añoranza por el amor fracturado y la dolencia post relación, temática particular que ha acompañado a Mayen desde sus inicios.
La zacatecana reconoce a sus seguidores y sabe que en ellos hay conexiones fortuitas pero desgarradoras que hasta la fecha han dejado huella, quizás por eso delató a todos al decir “esta la conocen muy muy bien” previó a entonar “Inmortal”, una canción que expresa la sobrenaturalidad del amor. Los labios se movieron, pero las almas fueron las que cantaron en una acción casi similar a una plática entre dos conocidos que se encuentran tras un largo tiempo para reconocerse y desprender sus vivencias, así como lo hizo el saco de Sofi Mayen, que no solo demostró acaloramiento, sino intimidad.
Los nuevos clásicos no podían perderse del radar, pues con una batería retumbante el público recibía entre gritos “Sobrando”. Decenas de celulares se alzaban para no solo admirar la primera vez que dicha canción sonaba en vivo, sino para resguardar un recuerdo, misma acción que hacía Sofi Mayen sobre el escenario, pero no a través de un dispositivo sino de sus oídos, ya que el cantar lo soltó en todo momento con los ojos cerrados y la cabeza inclinada como demostrando gratitud.
"Me da gusto ver a tantas caras conocidas, queridas y otras nuevas", dijo para retomar el aire y dar pie a “Me Estoy Cansando de Ti”. Que difícil y enaltecedor para Mayen pararse sobre el escenario y recibir la devoción completa de una multitud nostálgica, que, aunque desconociera la canción que sonaba generó una conexión que se hacía más potente entre pequeñas sonrisillas que ella lanzaba al público para finalizar con un “les dije que no lloraran”.
Después de una canción con la que transmitió un sentimiento que vivía a través de la muerte de otro, o sea del amor a la inconsciencia, el sudor de las personas expresaba vehemencia, mientras que el de Sofi Mayen gratitud.
Sofí Mayen, un baúl de recuerdo y novedades
A partir de las 21:20 horas el maletón sonoro abría y cerraba, pues el choque entre los clásicos y las novedades jugaron con el sentir de un público que lanzaba su admiración como flechas encendidas con el encandilamiento de los aplausos.
Sonó “Yo No Te Quiero” y los asistentes amplificaron los altavoces posicionados en sus gargantas para que entre cantos y gritos dejaran entrever que su cariño no ha cesado por la zacatecana. La canción fue rematada con un: “Yo no te quiero, te amo”, proveniente de uno de los asistentes, que empapó la hilaridad en el sitio.
Rojo, azul y morado fueron los colores que iluminaron el rostro de Mayen, quien antecedido por un “Todo por ti, Leonora Milán” entonó “Te Lo Pido por el Mar” para expresar esa extrañeza de quienes ya no están cerca. Aunque de recién estreno, la gente la coreó como si fuera una más de esos clásicos no negociables. Con una fuerte carga sentimental y orgánica, la melodía conectó con lo que todas las personas deberán pasar en algún momento de su vida: la ausencia de un ser amado.
Luego, “Sutil”, una de las canciones que nunca fue sencillos de algún álbum y estuvo dentro de la era de silencio de Mayen, causó la emoción del público, porque hay canciones que nacen en la sombra, pero logran posicionarse como una insignia más de un cantante, quizás porque con ella los oyentes se sintieron acompañados en sus dificultades, sus penas y sus tormentos.
Con la canción homónima de la nueva placa se generó el asombró de la audiencia, seguida por “Tu Amante” que accionó el alcé de los celulares y seccionó al público en dos: quienes la entonaron, del lado derecho, y quienes hicieron una pausa a sus cuerpos para apreciar la melodía, del lado izquierdo. El bailoteo de Mayen era secundado por la mancha blanca que brotaba entre sus labios rojos mientras cantaba “Pregúntamelo a Mi”.
Las cuerdas de una guitarra invadieron los oídos del público y en uno de los momentos de mayor reciprocidad el poder de los sonidos conectó con las sensaciones de aquellos jóvenes que se consolaron con el álbum 'Sofi Mayen', todo mientras los gestos de artista delataban el sentimiento y aprecio que le tiene a la canción, así como los celulares y la entonación del público delataba la misma situación con “Te Propongo” y “Mírame a los Ojos”.
El rostro de Sofi Mayen se iluminó nuevamente de tonos rojizos y comenzó “Estar Mejor”, probablemente como una cercanía con las dos canciones antes entonadas, en las que expresa la inexistencia de salida para el dolor. “No puedo estar a medias, algo mejor me espera”, cantaba mientras continuamente pegaba su mano al pecho, quizás para recordar la razón de volver y devolver al público su cariño en forma de álbum.
La noche estaba por terminar y “Caramelo” hizo que entre gritos y meneos corporales el público abrazará la nueva y vieja faceta de Sofi Mayen. Pronto el lugar retumbaría con “Te Odio” una melodía afligida con la que el público, mediante su incesante cantar, agradeció el regreso de la artista.
“¡Otra! ¡Otra! ¡Otra!” coreaban los asistentes, con el que mostraban un signo inequívoco de su falta de olvido por Sofi Mayen, pues después de 10 años necesitaban más de aquel susurro estridente.
La noche cerró con “Nunca Seremos Nada”, perteneciente a su nuevo álbum 'Normal', que entre la intimidad fue seguido por un pastel de cumpleaños para Sofi Mayen; que mejor augurio que cumplir otro año entre un público que te admira y quiere.
El regreso había finalizado, pero solo fue una pizca de la fuerte conexión que la artista aún mantiene con sus seguidores, entre los más fieles y los de reciente llegada. Esa noche el Rebel Rebel/El Club del Rock & Roll se convirtió en una máquina del tiempo, que sin saberlo permitió a decenas de personas de distintas partes de la República escarbar su faceta de adolescente derrotado por el amor.
El Rebel Rebel/El Club del Rock & Roll albergó decenas de almas que se conectaban con aquel murmullo atronador de la juventud que es Sofi Mayen, respaldada por su ausencia en solitario sobre los escenarios por más de 10 años. Un regreso que abrazó a los corazones malheridos, recuperados y vigorosos que se acurrucaron por tanto tiempo en su música y ahora podrán continuar haciéndolo con sus nuevos clásicos.
“Tenía tanto miedo regresar”, dijo Sofi Mayen, pero esa noche fue la prueba de que ese miedo era infundado, pues el cariño de la gente quedó marcado en cada canción, grito, llanto y movimiento. Si ella tenía miedo de regresar, sus seguidores le demostraron que ellos estaban más atemorizados por no volverla a escuchar cantar y permitirles despertar sus recuerdos, los tormentosos y los placenteros, a través de su música.
“Gracias por estar aquí, a todos los que todos los años han seguido conmigo. Perdón que se los repita tanto, pero llegué a pensarlo imposible. Para mí es muy importante que estén conmigo, que se sepan mis canciones", dijo Sofi Mayen para finalizar su regreso triunfante con la presentación de 'Normal', la placa con la que abraza su nueva era, más transparente y cercana a su realidad actual, una que rompe tabúes y recuerda que lo “normal” es subjetivo.
José Solorzano