Violator, el paradigma definitivo de Depeche Mode

Violator, el paradigma definitivo de Depeche Mode

El 19 de marzo de 1990 fue publicado Violator, el séptimo álbum de Depeche Mode, obra que representó su entrada triunfal a la modernidad de la última década del siglo XX y la síntesis de todos sus esfuerzos por encontrar una identidad dentro de las sonoridades sombrías. 

Sofisticación, disrupción y trascendencia son sólo algunos adjetivos aplicables a una de las producciones discográficas más influyentes de la cultura pop y de la música electrónica, la cual, a través de nueve impecables y cohesivos tracks, fungió como un portal al futuro de Depeche Mode y a las tendencias musicales que se desarrollaron en la escena alternativa durante la antesala del nuevo milenio. 

Violator, la sofisticación, disrupción y trascendencia de Depeche Mode

Después de adherirse al synthpop catchy de principios de los ochentas en sus primeros materiales y de probar su suerte con las atmósferas industrializadas que distinguieron a sus lanzamientos posteriores, finalmente, en 1986, Dave Gahan, Martin Gore, Andrew Fletcher y Alan Wilder conectaron con las penumbras del darkwave gracias a la publicación de  Black Celebration, LP que extendió su oscuridad hasta Music For The Masses, álbum de 1987, el cual permitió al  cuarteto de Essex alcanzar la cúspide de su carrera en los escenarios del mundo y descubrir el balance entre la densidad de las sombras y lo digerible de las composiciones dedicadas a la pista de baile. 

En medio del éxito rotundo de Depeche Mode tras finalizar los 101 conciertos de su “Tour for The Masses” en 1988 y después de un merecido descanso, la agrupación ingresó al estudio en 1989 con Mark Ellis, mejor conocido como Flood, que ya había trabajado con New Order, Cabaret Voltaire, Nick Cave and The Bad Seeds y U2, para quienes un año después de la edición de Violator, produjo también el emblemático Achtung Baby.

Las composiciones de Gore, la ejecución de los sintetizadores de Wilder y Fletcher y la magnífica interpretación de Gahan fueron cohesionadas bajo la producción de Flood. La primera evidencia de esta histórica grabación fue revelada el 29 de agosto de 1989 con la publicación de “Personal Jesus”, el primer sencillo de Violator y la blasfemia sarcástica de electro-blues que proyectó las intenciones transgresoras del álbum. 

A pesar de lo incendiario que resultaba el lead single, rápidamente se convirtió en la canción más popular del grupo, un indicio del triunfo insólito que vendría después para el proyecto con los cortes promocionales posteriores.  Un mes antes del lanzamiento, Depeche Mode decidió liberar una última canción para sembrar todavía más expectativas sobre dicho compilado de estudio. 

Fue entonces cuando, el 5 de febrero, las radios inglesas se inundaron con los sampleos y notas de sintetizador celestiales de “Enjoy The Silence” y, posteriormente, con el memorable videoclip dirigido por Anton Corbjin, quien plasmó en la memoria colectiva la imagen de Dave Gahan con un atuendo de rey disfrutando del silencio en la inmensidad de diversos paisajes completamente despejados. 

Semanas después, la banda difundió el resto de los tracks mediante un embalaje presentado por el diseño de una rosa intensamente rojiza contrastada por destellos blancos y colocada en la profundidad de un fondo negro. Esta portada fue diseñada por Corbjin y el significado de la composición aún no ha sido revelado. Al interior de Violator podemos escuchar la convergencia de influencias y el grado de maduración que había alcanzado Depeche Mode con tan sólo 10 años de trayectoria musical.

El índice de calidad quedó impreso en las reminiscencias techno-eróticas de “World In My Eyes”, la composición electrónica progresiva de “Sweetest Perfection”, la elegante ejecución de “Halo”, la enigmática “Waiting fot The Night” y el soul dance de “Policy of Truth”. El trayecto al paraíso del synth-rock culmina con la ensoñación fetichista de “Blue Dress”, aderezada por el fascinante tono vocal de Martin Gore y el ascendente diálogo entre bajos y sintetizadores de “Clean”, al cierre de este documento que integra la relevancia e impacto de los veteranos de electrónica oscura en la historia de la música popular contemporánea.