‘Virgin’ de Lorde, un cuerpo que no pide perdón

‘Virgin’ de Lorde, un cuerpo que no pide perdón

Lorde ha vuelto, pero no para repetir glorias ni para reconciliarse con el pop. 'Virgin', su cuarto álbum, no se presenta como un regreso; es más bien una confesión brutal, una exploración sonora de todo lo que arde, duele, excita y confunde cuando habitas un cuerpo que ya no se puede fingir.

Atrás quedaron los días soleados de 'Solar Power'. En 'Virgin', la neozelandesa retoma la intensidad digital de 'Melodrama', pero le arranca el barniz. Aquí no hay perfección pop, hay vísceras, vómito, orgasmo, hambre, sudor y duda. Hay líneas como “Some days I’m a woman / Some days I’m a man” que no buscan aprobación, buscan decir lo que hay que decir, incluso si incomoda.

'Virgin', Lorde en su era más cruda y transparente

El material abre con “Hammer”, cuyo nombre golpea tanto como el sonido sobre el que se construye la canción. Es minimalismo sucio, acompañado de percusiones sintéticas, letras tan físicas que uno no sabe si leerlas o palparlas. En “Broken Glass”, Lorde aborda sin rodeos su trastorno alimenticio. En “David” y “What Was That?”, se asoma el espectro de su relación con Justin Warren, pero lo importante no es a quién se refiere, sino cómo lo dice: sin filtro, sin piedad, sin disfraz.

Hay una tensión constante entre el deseo y el hartazgo, entre la transparencia y el pudor. Es pop, sí, pero con el cuerpo expuesto. Como me lo hizo ver un amigo al que doy crédito: “esto es una especie de statement de lo horny y lo honesto”. Y es cierto, 'Virgin' no canta desde el trono, canta desde el baño, desde la cama deshecha, desde la herida.

El sonido, aunque distinto, se siente familiar: Jim-E Stack y Dan Nigro logran mantener el corazón de Lorde latiendo sobre capas electrónicas que se fragmentan, que respiran, que no tienen la intención de llenar todo el espacio, sino dejarlo vibrar.

La referencia a artistas como Nan Goldin o Imogen Heap no es gratuita, pues Lorde ha convertido lo íntimo en arte con la misma crudeza y belleza que esas figuras. Se nota también la sombra de 'Brat' de Charli XCX. Si Charli grita con glitter, Lorde susurra con sangre seca.

'Virgin' es un álbum inquietante y catártico, pero necesario. No todos los días se lanza un disco donde la artista canta: “It’s cum on your chest and acid reflux from throwing up.” Eso no es por impacto, es por verdad y justicia.

A sus 28 años, Lorde ya no tiene que demostrar nada, pero lo hace, lo hace con el cuerpo como campo de batalla y altar.

Canciones esenciales:

“Man of the Year”, “Broken Glass”, y “David”