Aidee Rivera 
El pasado 19 de Julio, Charli XCX y George Daniel, baterista y productor de The 1975 se casaron en una ceremonia que celebró la unión entre dos íconos de la música alternativa, cuya sensibilidad artística se convierte en la colisión entre dos formas de ver y sentir el amor.
Delirio y entrega
Charli y Daniel reflejan la mezcla de lenguajes del amor que si bien parecen opuestos superficialmente, encajan en una sola voz que grita con intensidad, desde la ansiedad, la culpa, la entrega y el sacrificio. Entre las muestras explosivas de Charli XCX en canciones como “Every Rule”, “White Mercedes” o “Forever”, el amor se siente como una dualidad entre la culpa y el placer, el caos y la inestabilidad, como quien ama cometer un pecado.
¿Tropezar con la misma piedra o arriesgar desde la experiencia? Parece que para Charli es un poco de ambas, porque es consciente de que el amor no es un terreno seguro, pero siempre está dispuesta a volver a él.
Por otro lado, la visión de The 1975 llega con la apreciación de la belleza sobre lo roto y autodestructivo, como algo contemplativo y lleno de devoción casi religiosa con canciones como “Somebody Else”, “Fallingforyou”, “Be My Mistake” o “If I Believe You”.
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Flechazo creativo
Daniel y Charli comenzaron a trabajar juntos desde 2022, pues él coprodujo algunas canciones del álbum ‘Crash’ y posteriormente, de ‘Brat’ (2024). Finalmente, lo que inició como una colaboración creativa, se transformó en un romance único lleno de total entrega, como si ese “amor bonito” llegara tras la reflexión de sus propias perspectivas artísticas sobre lo que el amor significa y conlleva en sí mismo; desde el miedo a arruinarlo todo, a la esperanza de encontrar a alguien que decida quedarse, reparando cada grieta y sanando incondicionalmente cada herida del otro.
Entre la prevalencia de las relaciones líquidas y la romantización excesiva de las relaciones amorosas, este matrimonio llega como muestra de que vale la pena intentar amar y que, entre todas las posibilidades de que todo pueda salir mal, aún hay quienes se atreven a hacer ese salto de fe sin creer en el amor perfecto, pero con la certeza de que existe la entrega real y que tal como su escena, el amor no sigue reglas.
