El 29 de agosto se celebra el Día Mundial de los Videojuegos, una fecha que nos recuerda cómo esta forma de entretenimiento ha marcado generaciones completas. Más allá de las gráficas y las historias, hay un elemento que siempre nos acompaña y que define nuestra experiencia: la música.
Cada partida puede sentirse como un festival donde las canciones aparecen en el momento justo para elevar la experiencia. En este Día Mundial de los Videojuegos, en Naufraghost celebramos todas esas canciones que siguen sonando en nuestra cabeza mucho después de apagar la consola.
Tony Hawk’s Pro Skater (1999)
Más que un videojuego, fue una puerta de entrada a la cultura del punk, el ska y el hip hop de finales de los 90. Canciones como ''Superman'' de Goldfinger o ''Guerrilla Radio'' de Rage Against the Machine se volvieron la banda sonora de miles de partidas… y de la adolescencia de toda una generación.
The Legend of Zelda: Ocarina of Time (1998)
Koji Kondo creó uno de los soundtracks más inolvidables de la historia. No era solo música de fondo: el jugador componía melodías que desbloqueaban poderes y emociones. Una prueba de cómo la música puede ser parte esencial de la narrativa de un videojuego.
Guitar Hero (2005) y Rock Band (2007)
Si hubo un momento en el que los videojuegos convirtieron a cualquiera en estrella de rock, fue con Guitar Hero y Rock Band. Con un control en forma de guitarra o batería, millones de jugadores vivieron la experiencia de tocar clásicos de Metallica, The Rolling Stones, Nirvana, Queen, Aerosmith, The Killers o Muse desde la sala de su casa.
Más que juegos, se convirtieron en fenómenos sociales, reuniones entre amigos, competencias y la ilusión de formar una banda virtual. Estas sagas demostraron que la música en los videojuegos no solo se escucha, también se interpreta.
Grand Theft Auto:
Si algo distingue a la saga de Grand Theft Auto, además de su mundo abierto y su narrativa, es la música. Desde GTA III hasta GTA V, cada juego creó emisoras de radio ficticias que se volvieron parte esencial de la experiencia.
Conducir por la ciudad escuchando rock, hip hop, reguetón, electrónica o clásicos ochenteros fue mucho más que un detalle, era una forma de sumergirse en la cultura del lugar y la época que retrataba cada título.
- Vice City (2002) nos llevó directo a los 80 con Blondie, Michael Jackson y A Flock of Seagulls.
- San Andreas (2004) sonó a los 90 con Dr. Dre, 2Pac, Rage Against the Machine o Cypress Hill.
- GTA IV (2008) expandió el concepto con curadurías de artistas como DJ Green Lantern, Femi Kuti o Karl Lagerfeld en estaciones exclusivas.
- GTA V (2013) lo llevó a otro nivel, con un OST comisionado a Tangerine Dream y estaciones curadas por Flying Lotus o Frank Ocean.
FIFA: la vitrina musical global
Para muchos, jugar FIFA es sinónimo de descubrir nueva música. Desde finales de los 90, la saga de EA Sports se convirtió en una plataforma de exposición internacional para artistas emergentes y consolidados.
Bandas como Kasabian, Gorillaz, Bloc Party, Chvrches, Glass Animals, Tame Impala, The Strokes o Imagine Dragons han sonado en alguna de sus ediciones, logrando que millones de jugadores en todo el mundo adoptaran esos temas como himnos personales.
Fortnite y la era de los conciertos virtuales
Si FIFA abrió las puertas como curador musical, Fortnite llevó el concepto un paso más allá al convertir los videojuegos en un escenario global.
Desde el histórico show de Travis Scott en 2020, pasando por Ariana Grande, J Balvin y Billie Eilish, hasta el más reciente de Gorillaz, Fortnite ha demostrado que los videojuegos pueden ser también plataformas de conciertos masivos donde millones de jugadores disfrutan la música de manera interactiva. Estas experiencias redefinen la relación entre el público y los artistas, mostrando cómo la música puede adaptarse a nuevos espacios digitales sin perder su capacidad de emocionar.
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