
En el esplendor del indie rock mexicano, Technicolor Fabrics rompió paradigmas con ‘Bahía Santiago', un álbum que nos ofrece el mar como hogar narrativo. Este año, el disco celebra su 10° aniversario, y aquí revisitamos por qué este viaje sonoro marcó a toda una generación.
Producido por Siddhartha, desde el primer acorde, “Avientame” nos envuelve en su brisa melancólica: "Mi temple es frágil, yo me pierdo... me fundo y viajo por el mar abierto". Con este tema, entramos en un disco que creció con nosotros, un resplandeciente faro de guitarras eléctricas y sintetizadores que reflejan la embriagante luz del mar sobre nuestros oídos.
Los atardeceres de ‘Bahía Santiago’ vibran con guitarras aún más presentes, mientras que Venezuela descansa como un interludio, despojándonos con baterías crudas y expansivas. Este álbum es un submarino auditivo: no importa si viajas en metro, en barco o en avión, te sumerge en paisajes sonoros de libertad y transformación. No se trata de luchar contra la corriente, sino de dejarse llevar por ella, de surfear cada bajo que se queda en la cresta de las olas.
‘Bahía Santiago’ habla del amor, del despojo del miedo y de las ilusiones de la infancia. “Desde El Mar” nos deja la sensación fresca de nuevos horizontes y posibilidades. Es un disco que nos recuerda la importancia de abrazar las transiciones, de entender que, al igual que sus melodías, la transformación interna inevitablemente se refleja en lo externo.
Diez años después, éxitos como "Globos" y las demás increíbles canciones de este álbum siguen siendo nuestra suerte, con colaboraciones psicorock como "Fuma" con Siddhartha y “Química” con Baltazar. Como la espuma que regresa a la orilla, ‘Bahía Santiago’ siempre encuentra la forma de volver a nosotros.